«La mayoría de los cánceres tiroideos pueden diagnosticarse con técnicas rutinarias (ecografía y/o punción) y en general tienen buen pronóstico».
La ecografía tiroidea es un procedimiento que permite obtener imágenes de muchas de las estructuras de nuestro organismo a través de ondas de ultrafrecuencia.
La ecografía utiliza ultrasonidos, no Rayos X. Múltiples estudios han demostrado que estos ultrasonidos son inocuos y que pueden ser utilizados con total seguridad, como en el caso de una embarazada donde los Rayos X o el TC no serían apropiados.
Una vez detectado el nódulo en el tiroides el diagnóstico se realiza mediante una ecografía con estudio citológico por punción con aspiración con aguja fina, muy sensible para el diagnóstico de la malignidad del nódulo tiroideo.
La ecografía tiroidea permite esclarecer si los nódulos son sólidos, mixtos o quísticos, conocer si hay otros nódulos no palpables y determinar la relación con las estructuras vecinas y la presencia de ganglios.
Indicaciones más frecuentes de esta prueba:
¿Cómo se realiza la ecografía tiroidea?
Realización de la ecografía del tiroides
El ecografista le extenderá un gel (medio transmisor de los ultrasonidos) sobre la piel y le deslizará por el abdomen un instrumento, similar a un micrófono, llamado transductor pidiéndole que colabore con la respiración cuando se lo indique.
El doctor sigue la exploración en un monitor de televisión que tiene el ecógrafo y obtiene fotografías de las áreas de interés.
Preparación de la ecografía del tiroides
No es necesaria preparación previa. Podrá desayunar con normalidad. Si toma medicación de manera habitual, también podrá tomársela.